domingo, 28 de enero de 2007

Más sobre "El Árbol" (La Nación, 27-1-07)

Nota pulicada por el diario La Nación, Sección Espectáculos, de su edición del 27 de enero de 2007. Autor: Claudio D. Minghetti

Metáfora del paso del tiempo

Llega a las salas esta obra que se mostró con buena repercusión en dos festivales

A pesar de ser cineasta en un país donde la independencia y el público acotado que pueda responder a esas propuestas, al menos en el cine, no siempre son bien vistos, Gustavo Fontán no parece inquietarse demasiado, ni siquiera una semana antes del estreno de su última película. Se trata de El árbol , que presentó hace casi un año, y con éxito, en la competencia oficial argentina del Festival de Buenos Aires, y en diciembre en la muestra Pantalla Pinamar, que llega a cinco salas de Buenos Aires, el próximo jueves.

Para Fontán, el cine es un viejo conocido. Hace poco más de una década se le ocurrió lanzarse como realizador con el corto Canto del cisne , sobre el poeta-loco Jacobo Fijman. Sin embargo, su relación con la poesía y la literatura siguió creciendo. Después llegarían otros encuentros, con Macedonio Fernández ( Rito de paso ), Leopoldo Marechal ( La batalla de los ángeles ) y con el jujeño Jorge Calvetti ( El paisaje invisible ). En marzo, probablemente, entre en la etapa final de un nuevo trabajo sobre Juan L. Ortiz.

En El árbol, el director reunió a sus padres, en la casa de Banfield en la que él mismo creció. Son ellos, María (Merlino) y Julio (Fontán) quienes intercambian ideas y discuten acerca de qué es lo que harán con una acacia que ella afirma se está secando mientras que él piensa (al tiempo que recuerda que la plantó cuando nació uno de sus hijos), que todavía tiene alguna esperanza de seguir en pie. El árbol es una metáfora acerca del discurrir del tiempo, de la vejez, de lo que para el mismo Fontán significa observar a sus padres desde su propia madurez.

La película, rodada originalmente en formato digital, fue ampliada a 35 mm., una tarea que ocupó a su director buena parte de 2006 ya que, según sus propias palabras, en diálogo con LA NACION, la transcripción " debía preservar la idea de fotografía que buscaba", la que encontró en muchas de esas escenas donde los silencios, los roces, las miradas, subrayan el peso del tiempo.

"Teníamos muy en claro la idea original, pero no toda la película. Nos planteamos un rodaje que iba a durar dos años, no por que nos faltase dinero para hacerla ni por nada parecido. Quería filmar en todas las estaciones: en el primer año, lo hacíamos uno o dos días por mes, armábamos, pensábamos y así volvíamos filmar dos días, para seguir la misma rutina. ¿Por qué el segundo año? Sabía que cuando terminásemos, por ahí nos faltaba una secuencia de otoño, y no quería rodarla en cualquier momento sino en otoño. Cada estación tiene su luz y su color. Así fue todo, tanto lo que se ve, como lo que ocurre detrás de cámaras, funciona de la misma manera", explica.


El mundo como relato

"Cuando rodábamos fue muy bueno detenernos a observar, y volver a maravillarnos, con las cosas del mundo, como si uno constantemente estuviera maravillándose sólo con lo que ve por TV. Uno puede pensar el cine como relato, pero también es bueno pensar el mundo como relato. En la medida que nos hacen creer que hay una mirada transparente, no hay nada que pensar o cuestionar, perdemos cualquier capacidad crítica. Si la perdemos frente al mundo, perdemos la capacidad de modificarlo. Nos queda la queja, que es improductiva, que no genera acción. Esta forma diferente de pensar el mundo está detrás de El árbol" , asegura el director.

Dice Fontán que su meta es mostrar "Cómo ante un mismo suceso hay posiciones diferentes: uno puede verlo de manera realista, y el otro, puede con igual realismo hacerlo con fe. Lo humano es lo singular, lo diferente, la reacción propia, lo «no tal cual», lo «no exacto» o copiado". "El mundo es en relación a nosotros -piensa en voz alta-, y por eso es difícil de acceder de una manera completa al otro. Por eso, para cada uno, ese objeto significa cosas diferentes, porque hay depositadas memorias. Quería hacer una película absolutamente personal e íntima y mi equipo tenía que ayudarme a lograrlo. No podría haber filmado otro árbol ni los fantasmas de otra casa, con los que conviví, porque están cargados de sensibilidad", asegura.

"Queríamos hacer una película sobre el paso del tiempo y nos preguntábamos cómo podíamos conseguir que ese discurrir se convierta en un lenguaje. Convencí a mi equipo de que teníamos que filmarla como si estuviésemos pintando con capas de acuarela, superpuestas, con colores, texturas y sonidos, para acceder no a la acción sino a las tramas."

Claudio D. Minghetti

viernes, 26 de enero de 2007

Reportaje a Gustavo Fontán (Diario Clarin, 26-1-07)

En la presente entrada, reproducimos el reportaje aparecido en la fecha en el Diario Clarín, realizado al director de cine Gustavo Fontán, con motivo del inminente estreno comercial de su último filme, El Árbol, el próximo jueves 1º de febrero.

Recuperar el tiempo (por Laura Gentile)
El director de "El árbol", estreno del jueves, habla sobre su relato íntimo rodado en la casa de sus padres

Más que una película, El árbol funciona como ejercicio zen. Con un argumento mínimo —una pareja vive en una casa con dos acacias, una de ellas seca— la película logra profundidades esenciales. Es como si quitando la trama y los sucesos quedara simplemente la vida y sus actos: la lluvia, la florcita cortada para el florero, el arreglo de una lámpara vieja, el paso de las estaciones. Actos mirados de tal forma que conmueven.

A días de su estreno (el próximo jueves), su director Gustavo Fontán (egresado de la carrera de Letras de la UBA y la ENERC) lo explica así:

"Yo venía de dirigir La costa errante en España, esa experiencia me hizo pensar qué cosas valía la pena mirar". Fontán creía que en esa mirada se podía recuperar el asombro ante las cosas del mundo, "las cosas más cercanas pero que uno deja de ver", acota. La película lo logra.

Todas las acciones de estas personas mayores (acciones que se toman su tiempo) no hacen más que reflejar (por oposición) el ritmo desaprensivo de la vida actual. "Nosotros queríamos hacer una película —cuenta Fontán— con un núcleo narrativo mínimo y un conflicto claro que a su vez avanzara pero que tuviera muchas fisuras donde mirar. Sabíamos que lo que iba a estar privilegiado no era la acción sino la mirada".

¿No puede darse esa mirada esencial en una película más narrativa?

Sí, claro, sólo digo lo que me pasó a mí. Sí, me parece que el privilegio de la acción tal como está planteado en el cine contemporáneo deja muy poco espacio para el espectador. El espectador es cautivo de un montón de efectos pero finalmente siempre es tranquilizado. Ese relato hegemónico domestica la mirada, si no me asombro ante el mundo no puedo cuestionarlo y por lo tanto no puedo modificarlo.

¿Y qué querías mirar especialmente en tu película?

Hay una idea del paso del tiempo que no me parece que sea nostálgica sino realista. En la medida que uno entiende la idea de la muerte y del envejecimiento, la vida se vive de otra manera. El poeta jujeño Jorge Calvetti dice: "para que sea tu vida más profunda y más hermosa mirala con dolorosa mirada de despedida".

Todo lo contrario a lo que ocurre hoy con la obsesión por la juventud eterna y las cirugías...

Claro. Se trata de ocultar. Un rostro que habla de los años vividos es bello, en cambio otro ocultado en su verdadera esencia es feo.

¿Creés que eso lo tenían más claro las generaciones anteriores?

Un poco sí, aunque no se puede generalizar. También lo tienen más claro en otros lugares. Por ejemplo, estuve viajando bastante a Entre Ríos y uno llega y le cambia el tiempo.
¿En qué momento de su vida uno se da cuenta que vive por un montón de necesidades falsas, que son pura construcción del mercado?.

La película (que en abril competirá en el Festival de Tribeca de Nueva York) se filmó durante dos años, dos o tres veces al mes. Los protagonistas son los propios padres del director, Julio Fontán y María Merlino, quienes no tuvieron ningún problema en mostrarse ante cámaras. "Un día les dije 'vamos a venir a filmar' y ellos me preguntaron '¿quiénes van a actuar'?".

Laura Gentile

jueves, 18 de enero de 2007

Acerca de "El Árbol" (Revista "Haciendo Cine", enero de 2007)

En esta entrada reproducimos la crítica aparecida en la Revista "HACIENDO CINE" del mes de enero de 2007, realizada por Guido Herzovich.

Se recomienda ampliar la imagen, clickeando sobre la misma.


domingo, 7 de enero de 2007

"El árbol" - Gacetilla de Prensa

"EL ARBOL"
Una película de
GUSTAVO FONTAN

Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, 2006
Competencia Argentina


Festival Internacional De Cine de Polonia
Sección Era New Horizons

Muestra de Cine Argentino, Uruguay

Festival Tandil Cine

Festival Internacional de Cine Pantalla Miramar

ESTRENO COMERCIAL: 1º DE FEBRERO DE 2007

"¿Hay entre los árboles una dicha pálida,
final, apenas verde, que es un pensamiento
ya, pensamiento fluido de los árboles,
luz pensada por estos en el anochecer?"

Juan L. Ortiz


- Sinopsis -

Frente a la casa de MARÍA y (67) y JULIO (69), hay dos acacias, muy viejas. Sus ramas están enlazadas y parecen formar una sola copa. Una de ellas tiene toda la apariencia de estar seca. Cuando llega la primavera y reverdecen, no es posible distinguir si las hojas crecidas son de uno o de los dos árboles.

MARÍA y JULIO discuten: ella cree que está seca y que hay que tirarla abajo; teme que se pueda caer sobre alguien. Él duda, cree que no está muerta todavía, y la riega, como en un acto de fe. JULIO plantó esa acacia cuando nació uno de sus hijos y no le es fácil admitir lo que MARÍA dice.

Enlazada con este conflicto se teje la vida de dos personajes en una casa de más de cien años. La visita de algún vecino, una fiesta, los recuerdos y los fantasmas, la lluvia y los sueños, las acciones reiteradas día a día, las estaciones, las variaciones de las luces y de las sombras, construyen la trama, para que todo, silenciosa e irreversiblemente, nos hable del paso del tiempo.

- Sobre el proyecto -

La cercanía emocional

“La casa donde se filmó la película es mi casa natal, en Banfield, un barrio del Gran Buenos Aires, levantada por mi bisabuelo hace más de cien años, y MARÍA y JULIO, los protagonistas de EL ARBOL, son mis padres. Los árboles, las dos acacias, son parte de mi propia vida ya que, desde que tengo conciencia, estuvieron allí, como un símbolo del paso de los días y de las estaciones: el verdor de las hojas en la primavera, el resplandor luminoso de sus copas después de una lluvia en el verano, la caída de las hojas, cercana a su explosión en ocres y amarillos, la negritud de las ramas -espectrales a veces- en el invierno. Ya que la intención de la película es más poética que narrativa, considero importante esa cercanía emocional con los elementos del relato -no por una intención autobiográfica, que no la hay- sino porque me permite explorar en sensaciones, imágenes y sonidos, con más claridad”.

Poetizar lo cotidiano

“Aunque el conflicto -la discusión sobre si el árbol está seco o no- estructura el relato, le da cuerpo, la mirada se detiene y penetra en las cosas más simples: la sombra de una planta, las señales del nacimiento del viento o de la lluvia, el silencio de JULIO, los sueños de MARÍA, o las acciones cotidianas, como hacer la cama o la comida, colgar las sábanas lavadas, o barrer el patio.
Creo que hay algo de eterno en el pequeño suceso, en la modificación íntima, en las alteraciones de lo que vive y es rozado -siempre y de manera natural- por la muerte. Los ciclos, el paso del tiempo”.

Tratamiento estético

“La luz, la atmósfera de cada estación, era parte constructiva de la estética. El tiempo hecho pura instancia física. Por eso, el rodaje se realizó a lo largo de todas las estaciones del año. Las jornadas eran muchas veces la caza de la luz natural apropiada.
El sonido requería un tratamiento específico: partiendo de la referencia había que “extrañarlo”. El rodaje, por lo tanto, tuvo también varias jornadas de captura de sonidos en la casa, es decir un minucioso registro de los péndulos de los relojes, de los
ambientes en las distintas estaciones, de los crujidos de la madera, por ejemplo, para luego trabajar todo lo registrado cuidadosamente en la postproducción de modo que le aporte el clima apropiado a los distintos segmentos de la película.
Las pausas del rodaje, por otro lado, en relación al trabajo con las estaciones, nos permitieron trabajar en el montaje durante un año y medio. Se rodaba y se editaba. Se buscó en el montaje la fluidez en el paso del tiempo, una cadencia en las alteraciones emocionales, una unidad perceptiva y rítmica, y una asociación de objetos en leves metáforas”.

Gustavo Fontán

- Ficha Artística y Técnica -

PROTAGONISTAS: Julio Fontán y María Merlino

Argentina, 2006, 35 mm, 65 minutos

DIRECCION Y GUIÓN: Gustavo Fontán

PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Stella Maris Czerniakiewicz

DIRECCIÓN DE FOTOGRAFIA Y CAMARA: Diego Poleri

DIRECCIÓN DE SONIDO: Javier Farina

MONTAJE: Marcos Pastor


- Acerca del Director -

Gustavo Fontán nació el 24 de diciembre de 1960 en Buenos Aires.
Se graduó en la LICENCIATURA EN LETRAS en la Facultad de Filosofía y Letras de la Univ. de Buenos Aires y en DIRECCION DE CINE en el Centro Experimental de Realización Cinematográfica (ENERC).

Desde 1993 y hasta la actualidad dicta cursos de Guión y Dirección de Cine en el Centro de Investigación en Video y Cine de Buenos Aires (CIEVIC), además de dar clases desde 1996 en la cátedra “Lenguaje Audiovisual” de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Durante los años 2002 y 2003 tuvo a su cargo la Cátedra de Guión Cinematográfico en la Carrera de Cine Documental de la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo, y ha dictado talleres y seminarios sobre distintos aspectos del lenguaje cinematográfico en Instituciones como el Centro Cultural Rojas y la EMAD (Escuela Municipal de Arte Dramático de la Ciudad de Buenos Aires).

Fuera de Argentina, desde 1996 dicta seminarios sobre Lenguaje Cinematográfico y Dirección de Actores en el CECC (Centro de Estudios Cinematográficos de Cataluña, Barcelona) y ha brindado conferencias en la IULM de Milán, en la Universidad de Navarra y en la Universidad de Minnesota.

Además de dedicarse a la actividad cinematográfica, ha dirigido obras de teatro entre las que se destacan Del maravilloso mundo de los animales: Los corderos, de Daniel Veronese, El despojamiento, de Griselda Gambado; El acompañamiento de Carlos Gorostiza y Ojalá venga pronto el pájaro del río y Umbral para dos solos, éstas dos últimas de su autoría.

En el ámbito de la literatura, ha publicado los libros de cuentos La voz del sospechoso (Corregidor, 1993) y Los días vacíos (1990). Sus textos (poemas y cuentos) han aparecido además en diarios como La Nación y La Prensa., El litoral de Santa Fe y en revistas literarias como Amaru y Puro cuento, entre otras.

Participó también en las antologías Cuentistas premiados y Al filo de la imagen y fue incluido en las trilogías poéticas Esa luz que retoña y Somos.


- Filmografía -

EL ARBOL (Largometraje. 2006. Dirección y Guión)

LA COSTA ERRANTE (Largometraje rodado en España. Producción de Grup Cinema Art, de Barcelona. Será estrenado durante 2007. Guión y Dirección)

EL PAISAJE INVISIBLE (30 min. Documental sobre el poeta jujeño Jorge Calvetti. 2003. Producción, Guión y Dirección. Coproducción con Grup Cinema Art, de Barcelona. Fue estrenado en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. En el Festival de Santa Fe 2003 obtuvo el Premio Especial del Jurado. Participó en los Festivales de Mar del Plata, Lérida y Toulouse, 2004). Fue estrenado en el MALBA; oportunidad en la que también se proyectaron las otras películas sobre escritores realizadas por Gustavo Fontán.

DONDE CAE EL SOL (Largometraje con Alfonso De Grazia y Mónica Gazpio. 2002. Producción, Guión y Dirección. En 2002, participó en el Festival de Mar del Plata, Festival de Olavaria. En el Festival de Lérida, 2003, obtuvo el Premio del Público. Compitió en el Festival de Toulouse, 2003. En el Festival de Viña del Mar 2003, obtuvo el Premio Especial del Jurado. Se estrenó en nuestro país el 19 de junio de 2003)

MARECHAL O LA BATALLA DE LOS ANGELES
(63 min. Documental. 2001. Guión y Dirección. La película contiene las únicas imágenes documentales del escritor argentino Leopoldo Marechal).

RITOS DE PASO (60 min. Video. 1997. Guión y dirección. Trabajo experimental vinculado a la figura del filósofo y escritor argentino Macedonio Fernández).

CANTO DEL CISNE (20 min. 16 mm. 1994, Guión y Dirección. Trabajo de estructura lírica en torno a la figura y la poética del poeta Jacobo Fijman, que vivió 30 años en un psiquiátrico -el Hospital Borda-).

LUZ DE OTOÑO (30 min. 16 mm. 1992. Guión y Dirección.)


- Otros trabajos en cine -

Colaboró en el guión de LA CRUZ DEL SUR (largometraje escrito y dirigido por Pablo Reyero que compitió en el Festival de Cannes, 2003 y fue estrenada en Buenos Aires en el 2004).
En 1994 participó como asistente de dirección en dos documentales producidos por Lita Stantic: MARIQUITA Y PERICHONA (Dirección de Clara Zapettini) y REGINA (Dirección de Laura Búa)

- Críticas -

Revista Variety / Robert Koehler
“La exquisita película alternativa de Gustavo Fontán, El árbol, construye una experiencia resonante (...) la película es un triunfo del cine personal”.

Diario Clarín / Diego Lerer
“En El árbol, Gustavo Fontán recupera ciertos ensayos documentales familiares al poner su cámara en la casa de su familia y lograr una pintura íntima y privada”.

Diario La Nación / Claudio Minghetti
"Fontán consigue emocionar, y mucho, gracias también a la excelente fotografía de Diego Poleri, que (no es exagerado) recuerda a la de "El sol del membrillo".

Página 12 / Horacio Bernades
“El árbol, de Gustavo Fontán, a fuerza de pura observación logra dotar a lo cotidiano de un aura que rodea lo sublime”.

Revista El Amante / Gustavo Castagna
“El árbol es eso: una confianza poco habitual en tempos narrativos, parsimoniosos y cautos, en valiosas y certeras reiteraciones de momentos cotidianos (...) Sin deslizarse nunca por los caminos trillados en este tipo de historias de vida. El árbol expresa su interés a través de un extraordinario trabajo de la cámara y de la luz (...) El triunfo mayor es apelar a una emoción contenida, acaso el camino más complejo de obtener cuando se hace cine”.

Sin aliento (Diario del Festival BAFICI) / Máximo Eseverri
“Nunca una película tan extrema estuvo a la vez tan llena de paz: Fontán realizó este largometraje con sus propios padres de protagonistas y su casa natal como escenario, recorrido con sensibilidad poética y precisión microscópica. El árbol es una película sobre la espera y sobre la muerte, con la habilidad suficiente para evitar ser un film sobre la espera de la muerte”.

Catálogo del BAFICI / Alejandro Ricagno
“El árbol nos roza casi materialmente en su reflexión sobre el paso del tiempo, las ausencias, y el delicado trabajo del cine como pudoroso testigo de nuestra finitud. Como en aquel “olmo centenario” del que hablaba Antonio Machado, El árbol de Fontán es a la vez melancolía de lo que pasa, y celebración de lo que resiste. Como a la espera de “otro milagro de la primavera”, milagro también del CINE que busca una instancia de poesía no declamada, de un soplo que nos roza y nos obliga a remontarnos en nuestra propia, íntima genealogía de memorias”.

Para mayor información, entrevistas y/o material fotográfico por favor comunicarse con la oficina de Prensa & comunicación, Sra. Lola Silberman. Contacto: Marisol Rivas
+ ( 54) 49 42 60 39. E-mail: marisol@lolasilberman.com.ar - Web Site: www.lolasilberman.com.ar
Domocilio: Av. Independencia 2042 - Dto. 2 - CP. 1225 - Buenos Aires - Argentina
Horario: lunes a viernes, de 11 a 19 hs. Se agradece la difusión de la presente información.

lunes, 1 de enero de 2007

Trailer "Donde cae el sol"

"Donde cae el sol" es el título del primer largometraje de Gustavo Fontán. Filmado íntegramente en su ciudad natal, Bánfield, en el gran Buenos Aires, cuenta la historia de amor entre Clara (Mónica Gazpio) y Enrique (Alfonso de Grazia), un hombre 30 años mayor.

Estrenada en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Argentina (Edición 2002), fue galardonada con el Premio del Público en el Festival de Lérida, España (Marzo de 2003) y con el Premio del Jurado en el Festival de Cine de Viña del Mar, Chile, del mismo año.

Más información sobre la película se encuentra alojada en Internet Movie Data Base (IMDB)

En esta entrada se puede apreciar el vídeo promocional del filme, fotos de algunas de sus escenas y el poster oficial utilizado con motivo de su estreno comercial (Junio de 2003)